Treinta y dos monasterios, treinta y dos manchas de color han iluminado esta contraportada durante treinta y dos jueves.
Diga treinta y tres ... porque hoy también hay color y arte, como siempre condensado por Teodoro, que hace arte con agua del arte hecho en piedra. Un arte y otro se ha hecho despacio, sosegadamente, como recomendamos que se hagan las visitas a los monasterios.
Cada vez es todo más rápido, más urgente, más ruidoso. Se olvida que en el silencio se producen los mejores partos del espíritu. Nos estamos acostumbrando a acceder al conocimiento y a la información a toda pastilla. Acceso veloz a través de los medios, y acceso velocisimo a través del ordenador, de la red, de Internet.
Con estos apuntes viajeros hemos querido decirle, amigo, no sé si bien explicado, que en algunas cosas hay que volver a la escala y a la velocidad humana. Para comprender y sobre todo para disfrutar de los monasterios no se puede utilizar el MMX, el Pentium II o el Celerón.
Los monasterios son para visitarlos y gozarlos. Desde esta sección con monacal espíritu hemos predicado sobre piedras, pero no sobre pedregal, porque nos consta que fervorosos aragonesistas, excursionistas, gente culta de libro, incluso eruditos de algún saber, hacen como mi amiga la ferretera del barrio de San José que compra el Heraldo el jueves para decir al novio de Juslibol dónde hay que ir el domingo.
Y me dice a la vuelta ¡qué majo Aragón! Y yo digo ¡qué maja gente!
Y me dice ¡cuánto hay!, y le digo ¡cuánto había!
Hemos contado muchos de Huesca, bastantes de Zaragoza, pocos de Teruel y no precisamente por eso de que los monjes/as tenían buen morro y buscaban sitios preciosos, sino por la propia epopeya reconquistadora, formadora de Aragón.
Si falta algún monasterio o hemos faltado nosotros, disculpen.
Algún error se ha deslizado, como la dirección electrónica de las monjas de Casbas.
Han salido cenobios masculinos del Cister, benedictinos, jerónimos, cartujos ..., femeninos de sanjuanistas, clarisas, canonesas y hasta uno budista. Unos, habitados por la comunidad; otros, abandonados.
Unos, de propiedad particular; otros, de las órdenes o instituciones.
No es mala cosa, y quizá no casualidad, que en un mes se haya formalizado la propiedad de Rueda por el Gobierno de Aragón y de Veruela por la Diputación de Zaragoza.
O que los monegrinos reclamen la apertura de Las Fuentes de Lanaja.
Los monasterior están de moda. Unos, cercanos de Zaragoza; otros, del Pirineo; pero todos al alcance del viajecillo.
Algunos con mal acceso; otros, integrados en la población.
Unos, muy estudiados; los más, poco conocidos.
Todos con necesidades de restauración. Pero todos con posibilidades de suculenta restauración dentro o en el entorno. Que todo es importante en la viña del señor.
Algunos con posibilidad de dormir. Otros, dormidos profundamente.
Bueno, pues todo esto que Teodoro ha dibujado y estos comentarios con los que se gana el cielo si se consigue llegar al final, serán expuestos y saldrán publicados, si Dios quiere, con la colaboración de la Diputación General de aragón y el Heraldo.
Todos pesos fuertes.
O sea, que adíos, pero probablemente hasta pronto.
align="center">
Dibujos Teodoro Pérez Bordetas
Textos Miguel Caballú Albiac
Castillos |
Monasterios |
Teodoro Pérez |
Escrito y Dibujado |
Sellos Comarca del Aranda |
Sergio Sanz |
Serafín Urzay |
Plumillas |
Inicio
Bestiario |
El Cister |
Rueda |
Piedra |
Veruela |
Aula Dei |
La Seo |
El Pilar
Goya |
Museo Provincial Zaragoza
Huesca |
Teruel |
Zaragoza |
Aragón |
Comarcas
Historia |
Libros |
Mudéjar |
Indice Alfabético |
Temático |
Mapas
Síntesis Monacal. Monasterios aragoneses. Dibujos de Teodoro Pérez Bordetas y Textos de Miguel Caballú Albiac.
Copyright 1996-2024 © All Rights Reserved Francisco Javier Mendívil Navarro, Aragón
Si crees que falta algo, o está confundido escríbenos
Aviso Legal. Esta actividad de la Asociación Cultural Aragón Interactivo y Multimedia
Es una actividad cultural.
Para saber cómo utiliza Google la información de sitios web o aplicaciones de este sitio puedes visitar: Política Cookies.