MOROS, DRAGONES Y CABALLEROS
En el reino de Aragón durante la Edad Media resultaba tan evidente que los musulmanes eran el dragón que hasta San Jorge en persona vino a esta tierra para luchar contra ellos.
Esta es la leyenda que se difundió con fuerza con ocasión de la Batalla de Alcoraz, en la ciudad de Huesca, en el año 1096. En este lugar hace su aparición triunfal el Señor San Jorge dotado de todos y cada uno de los elementos de la leyenda tradicional del dragón, salvo el dragón: viene montado sobre su caballo blanco, llega desde tierras orientales, de Antioquía concretamente, acompañado por un cruzado que monta en la grupa, portando el estandarte de la cruz roja sobre sus vestiduras blancas de caballero cruzado, y corta la cabeza no de un dragón, sino de cuatro reyes moros que a partir de entonces adornarán los cuatro ángulos de la cruz de San Jorge. Viene San Jorge para ayudar al rey Pedro I a terminar lo que su padre dejó inacabado cuando murió luchando en la batalla por la conquista de Huesca.
A partir de este momento, el rey de Aragón y sus caballeros se manifiestan bajo la protección y el patronazgo de San Jorge, y según la creencia según la cual el héroe adquiere la fuerza del monstruo destruido, los reyes de Aragón utilizan como cimeras cabezas de dragones alados, y, muy posiblemente, alardean de que la palabra Aragón, asumida como una especie de apellido de la familia real, es la misma que D'Aragon, que al oído suena igual que dragón. Por lo tanto, por su figura y su nombre, el rey de Aragón pasa a ser conocido como el Rey Dragón. Esta situación es paralela a la que se vive en Britania, donde la casa real es la casa Pendragón o Pandragón. En la Corona de Aragón, de vuelta a la península y abundando en las coincidencias, nos encontramos con que una de las ciudades portuarias claves para la conquista del Mediterráneo es Tarragona, cuyo topónimo puede traducirse por estragón, planta llamada dragón en otras lenguas, y de la misma raíz etimológica, aunque en España e Inglaterra deriva del griego drakoon por medio de la palabra árabe tarkhun. El estragón, según creencia medieval, era una planta que alejaba y protegía de los dragones.
Volviendo a la presencia casi fantasmagórica de San Jorge luchando contra los musulmanes en tierras ibéricas, volvemos a encontrarlo en otras crónicas medievales: aparece luchando con muchos otros "caballeros del Paraíso" en la conquista de Valencia, y también en Mallorca donde al primero que vieron entrar en liza fue a "un caballero blanco con armas blancas", según noticias transmitidas por el propio rey Jaime I d'Aragón, quien termina confesando que "en otras batallas lo han visto muchas veces cristianos y sarracenos".
SAN JORGE Y LOS TEMPLARIOS
Curiosa es la forma en la que San Jorge irrumpe milagrosamente en medio de la batalla de Alcoraz: lleva montado a la grupa de su cabalgadura a una caballero cruzado, alemán para más señas, que acaba de rescatar cuando luchaba en Antioquía. Estas precisiones, al parecer, provienen de la llamada Historia de San Juan de la Peña, monasterio legendario aragonés que, muy posiblemente por aquellas fechas a que se refiere el hecho, ya albergaba el Santo Grial en las misteriosas salas bajo la montaña. Y decimos que es curiosa esa imagen porque si ha trascendido hasta nuestros días es gracias a la iconografía simbólica que identifica a la no menos misteriosa Orden de los Caballeros Templarios, en cuyo sello aparecen representados como dos caballeros montados en el mismo caballo. Pero no es momento de seguir este nuevo sendero que acaba de abrirse, y que recorreremos en futuros números de E.L.F.O.S.
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Créditos:
© 2002 Miguel A. Latorre, de las fotografías de la iglesia de la Merced, la Seo y el Museo de Jaca
© 2002 Javier Mendívil, del resto de las imágenes, con excepción del sello templario
© 2002 Chema Gutiérrez Lera, del texto