El árbol milenario
En las profundidades del bosque sagrado
se yergue desafiando al tiempo
el árbol de los frutos amargos ...
Entre sus raíces retorcidas
tiene su morada una triste doncella pálida,
bella como la aurora, serena y triste como la niebla ...
La desdichada virgen tiene en su pasado
un oscuro pecado y está condenada
a regar con su llanto el árbol milenario de los frutos amargos ...
Lili Dunkel, diciembre de 1991
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