Axxón es una veterana revista de Ciencia Ficción editada en Argentina y, desde sus inicios, ha utilizado el formato digital, primero en forma de archivo descargable y ejecutable, y desde hace unos meses, como página web. En la imagen de la derecha, Eduardo J. Carletti aparece sujetando un cascarudo gigante de Ecuador: la colección de coleópteros es su segunda afición.
E.L.F.O.S. -¿Axxón es un hijo, un empeño, una cadena o un placer?
Eduardo J. Carletti -Es un hijo, y los hijos dan placer, nos obligan a empeñarnos y nos encadenan, a veces.
P. ¿La Ciencia Ficción, para usted, es algo de lo que gozar, o algo que crear?
-He disfrutado mucho de la CF, no tanto ahora, quizás por saturación o por ahí porque el género se ha desgastado un poco; no lo sé, es materia para un estudioso. Como todo lector fanático, también escribo. No creo que exista una separación abrupta, y creo que todos los escritores de un tema, sea CF, Fantasía, Terror o Policiales, también son lectores, y es imprescindible, creo yo, que hayan disfrutado de esa lectura.
P. ¿Qué significa para usted ser editor del fanzine de Ci Fi más antiguo de los que existen en el mundo hispano, al menos de los que se distribuyen a través de Internet?
-Bien, es de lo más antiguos que continúan, aunque no estoy tan seguro. Hay muchísimos anteriores, aunque en papel, no con la antigüedad de Axxón en Internet. Seguir editándolo significa placer, obligación y deseo. Una vez me propuse llegar a cierto número en la numeración, y si Axxón no se hubieses ido espaciando tanto estaríamos cerca. Ahora falta bastante.
Espero llegar ahí, sólo porque me lo propuse. Es una manera que tengo de impulsarme yo mismo, proponerme cosas y luego cumplirlas a muerte. Lo que más me interesa es que Axxón no se vuelva vetusto, que no sea siempre igual, que atraiga a la gente, y que tenga calidad. Me esfuerzo MUCHO por esto.
P. ¿Por qué ha cambiado el formato de Axxón?¿Qué supone Internet para usted?
-Cambié el formato de Axxón por una suma de razones. Si
se escarba en el pasado, veréis que en algunos editoriales de la revista, cuando salía en diskette, nos regocijábamos de que era una revista con una tirada que nunca se agotaría. Dentro de muchos años, decíamos, quien quiera leer el número cero podrá hacerlo. No será una parte de la historia, y no será inencontrable. En parte se cumple hoy, porque el número cero se puede leer. Pero hay una serie importante de números que, debido a un error del compilador de Pascal de Borland, que tanto alabábamos, no se pueden leer en máquinas de velocidades superiores a los 300 Mhz. Es difícil arreglarlos, pues son programas que están protegidos contra modificaciones, por el asunto de los virus. Y si bien tengo las fuentes en diskettes, estos diskettes son de 5 1/4 y adémás es muy posible que no se puedan leer. Esta es una de las razones: el medio no resultó tan maravilloso como parecía. Otra razón es que la gente teme bajarse ejecutables, y tiene razón. Por otra parte, como ya descubrieron los editores de varias revistas que salían en papel (o en diskette, pero cada mes o cada dos meses), Internet llena un hueco muy importante en la provisión de material para cualquier aficionado a cualquier tema. El único problema es que como en Internet cualquiera puede poner material, uno suele encontrarse con demasiadas cosas de poca calidad. Y se pasa mayor tiempo navegando a la búsqueda de algo bueno que disfrutando del material buscado. Me di cuenta de que la gente visita regularmente ciertos sitios, a la búsqueda de lo que sea --hasta de pechos femeninos--, y que ése era un potencial tremendo. Si seguía con el Axxón en soporte informático, igual debía ocuparme de que el sitio fuera interesante como para entrar día a día. ¿Por qué no construir la publicación día a día, directamente en Internet? Creo que esta manera de hacerla genera una espectativa, y lo mejor que podemos hacer es satisfacerla. Es como un seguro. No serás satisfecho todos los días por todo el material, pero si ocurre seguido, será un sitio que desearás visitar todos los días. Empecé a hacerlo y resultó. En lo que va desde noviembre hemos aumentado vertiginosamente la cantidad de gente que visita el sitio día a día.
P. Oiga, permítame esta pregunta, aún pidiéndole disculpas porque es algo tan serio, ¿lo que está pasando en Argentina es real? O dicho de otra manera, ¿alguien podría haber imaginado esto?
-Difícilmente. Se han imaginado muchos futuros, pero la mayoría, especialmente los oscuros, son copiados. Los escritores argentinos (y otros latinoamericanos) copian futuros oscuros con yakuzas y poder de los orientales, con mercados negros de drogas, con los problemas de los norteamericanos. Nos ha faltado un Dick, uno que vislumbrara decadencia en medio de la bonanza, aunque para ser justo debo decir que algunas chispas hubo. Angélica Gorodischer dice, con su habitual gracia, que Argentina es un país de Ciencia Ficción, que por eso es más fácil escribir fantasía aquí, porque si no uno siente que está escribiendo realismo. Por cierto que la hiperinflación --lo mismo que la corrupción-- fue tratada en cuentos de los anglosajones, pero para nosotros, que la hemos vivido, eran cuentos donde los problemas de los personajes eran casi ridículos comparados con la realidad. Como dice la maldición China: "Ojalá te toque vivir en tiempos interesantes". Espero que a partir de ahora todo se vuelva MUY aburrido en Argentina (aunque dudo que el deseo se me cumpla).
P. Recuerdo cuando Argentina era un paraíso para la edición de Ciencia Ficción, al menos la que consumíamos en España, qué tiempos aquellos, ¿verdad? ¿Siente nostalgia?
-Bueno, Minotauro ha marcado mi vida más que Más Allá y Nueva Dimensión. Soy uno de la generación de Minotauro. Cuando empecé a trabajar --era muy joven-- comía muy poco al mediodía para ahorrarme los pesos necesarios para comprarme libros de Minotauro. Una
vidriera de librería con Minotauros era una especie de atracción pornográfica, productora de intenso deseo. Compraba los libros de esta colección ciegamente. SABÍA que serían buenos. Y lo eran. Luego de un año había llenado un estante, y me faltaban algunos que estaban agotados. Recuerdo que me los consiguió alguien en Mar del Plata, que es nuestra principal ciudad turística para clase media, y que me cobraron bastante caro. Pero estaba muy feliz. No sé si debo llamarle nostalgia. La colección siguió, y un día noté que ya no me gustaban todos los libros. Y había muchas otras colecciones. Creo que es bueno que haya otras opciones, pero siempre uno queda marcado por el primer amor. Que la colección fuera de Argentina, y que los lectores de España se desesperaran por conseguir los libros, era una satisfacción --lo veía en el correo de Nueva Dimensión--, una especie de orgullo. Incluso uno sentía que podría llegar a publicar allí (por ser editorial local), y por mucho tiempo soñé con tener mi libro de la editorial Minotauro. No fue posible. Por suerte, pude publicar un cuento en la revista Minotauro, justo en el último número.
P. ¿Proyectos a corto y medio plazo?
-Agregar dos o tres nuevas secciones, que ya estoy preparando. Lograr 250 visitas diarias. Luego 500. Luego 1000. Conseguir un trabajo (¿estamos hablando de CF y Fantasía, no?). Terminar de escribir una novela y varios cuentos. Lograr un poco más de felicidad. Hacer un poco más felices a los que me rodean. Seguir luchando...
P. Un consejo para futuros creadores de Ciencia Ficción y Fantasía.
-Aprender. Perseverar. Ser muy críticos con uno mismo.
Amar lo que hacen, pero no ciegamente. Ejercitar la imaginación, rechazar lo pre-hecho, buscar ideas nuevas, esforzarse por dar placer a los lectores, trabajar mucho para pulirse. Luchar por lo que aman en cada segundo de sus vidas.
"Esta imagen me muestra en mi "estudio", donde armo Axxón, escribo y programo".
Axxón en Internet:
www.axxon.com.ar
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