![]() Alegato a favor de lo "maravilloso" utópico - 3- |
Más allá de lo "real maravilloso" Sin embargo, otra vertiente de la literatura utópica ofrece esa "extraña luz de delirio, luz del sueño y pasión que sobrevuela sobre las mesas en los momentos de rebelión", con que se define "lo maravilloso utópico": Lo maravilloso exprime la necesidad de sobrepasar los límites impuestos, impuestos por nuestra estructura, como un modo de llegar a una más grande belleza, una más grande potencia, un mayor placer. Anhela sobrepasar los límites del espacio y del tiempo, destruir barreras racionales, verdadera lucha de la libertad contra todo lo que la reduce, la destruye o la mutila (1) ![]() F. van Bleyswyck (1715), ilustrs. para la edición Leyden de Utopía Desbordando el marco de lo racional, el componente imaginario y "maravilloso" de lo artístico literario resulta fundamental en una lectura utópica de la ficción y la poesía latinoamericana donde la ilusión artística puede dar una pre-figuración de la realidad, que aparece significada en una proyección que va más allá de lo dado, incluso a través de la fabulación y la exageración. A través de la ficción puede entreverse la libertad futura en obras que sólo en apariencia están terminadas. Puede también -y es el caso de otros textos- reconstruir espacios de la nostalgia y del "paraíso perdido". Hay, pues, una lectura utópica, más allá del género propiamente dicho, de los capítulos consagrados a "la Abadia de Teleme" en Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, de La tempestad de Shakespeare (donde se formula explícitamente la antinomia Ariel / Calibán de vastas resonancias americanas), del Don Quijote de Cervantes, donde aparecen tanto signos utópicos como anti-utópicos (2) y del propio poeta Garcilaso de la Vega (3). Al mismo tiempo, resultan explícitamente "utopías poéticas" la obra Prometeo liberado de Shelley, sobre "un continente sin reyes, sin pecados, como el Edén" y las de Samuel Taylor Coleridge y Robert Southey, Wat Tyles, donde se canta el fin "de los límites imaginarios de lo tuyo y de lo mío". Estos poetas proyectan fundar en América del Norte una "república experimental" que se llamará Pantisocracia, dirigida por un gobierno igualitario. El propio William Blake propone una vaga utopía en Jerusalén. Del mismo modo, el romanticismo inglés y ruso, como luego el alemán y el francés, anuncian el ensalzamiento nacionalista de una patria pletórica de futuro, donde la utopía tiene su lugar junto a la nostálgica recuperación de la tradición medieval. Uno de los proyectos utópicos mejor novelados es el de Los demonios de Dostoievski. El plan de "felicidad universal" que se propone Chigalev y la "ciudadela futura" de Verkovenski, encarnan la clarividencia esclarecida de las minorías que se arrogan la reforma del mundo en nombre de las mayorías conducidas como rebaños. A partir de la fuerza de esta novela, un autor contemporáneo como E.M.Cioran aprovecha para criticar la vocación "católica-papal" de un cierto "socialismo" y recuerda como muchos socialistas utópicos han sucumbido a la función de "sacerdotes, obispos y papas" en que transforman el énfasis que ponen en la importancia del orden jerárquico. Recuerda a este propósito a Saint Simon que se consideraba "Papa de la nueva religión social". Por ello Cioran subraya la crítica a la tentación "totalitaria" subyacente en Los endemoniados de Dostoievski (4). En esta misma dirección, resulta interesante la lectura de El castillo de Kafka como anti-utopía o la más explícita de El señor de las moscas de William Goldwing. (1) Michel Abensour, "William Morris, Utopie libertaire et novation téchnique": L'imaginaire subversif: interrogations sur l'utopie; (Lyon/Geneve, Atelier de création Libertaire/ Editions Noir, l982), hace referencia a P. Mabille y su definición de lo maravilloso (Le Merveilleux, París, 46; pág; 68) para proponer la noción de "maravilloso utópico".dimensión de lo "maravilloso utópico". (2) El estudio de José Antonio Maravall, Utopía y contrautopía en el Quijote (Santiago de Compostela, Pico Sacro, 1976) es sugerente. La lectura como contra-utopía del episodio de la ínsula Barataria ha tentado a otros ensayistas. (3) Enrique Moreno Castillo en "Melancolía y utopía en Garcilaso de la Vega" Cuadernos Hispanoamericanos, No 439; Madrid, enero 1987) analiza las églogas I y III desde una perspectiva utópica, alimentada por el topos de la Arcadia. (4) E.M.Cioran, Histoire et utopie, (París, Gallimard, 1960; pags.140 / 144) ![]() |
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© texto 2008 Fernando Aínsa |
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Versión 16.0- Enero 2008