Aragón > Historia > Militia caesaraugustana
Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, marqués de Provenza y príncipe de Aragón, solicita a Raimundo, Maestre de la Orden del Temple, el envío de diez monjes para defender la frontera.
-- A.C.A. perg. R. Berenguer IV, carp. 41, nº 21, copia de 6 septiembre 1311.
-- A.C.A. Reg. 309, fol 50, copia del XIV.
-- A.H.N. Cart. del s. XIII, p. 161, traducción en lengua vulgar.
-- Publ.: BOFARULL, P., ed., (1847-1910): Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Barcelona IV, p. 368.
-- Publ.: ALBON, MARQUIS D', (1913): Cartulaire général de l'Ordre du Temple, Paris, Champion, ed., núm. 145.
-- Publ.: CRESPO, P. (2006): “Documentos para el estudio de las órdenes militares en España”, Xiloca 34, núm. 3.
Texto: Raimundus Dei gratia Barchinonensium comes et marchio et princeps Aragonensis, Raimundo (sic), Dei gratia militie Jherosolimitane magistro, et cunctis fratribus, cismarinis et ultramarinis partibus, Deo militantitibus, salutem et eternam gloriam.
Qualiter Adefonsus, rex Aragonensis, tempore sui obitus inminente, totum regnum suum tripartite reliquerit, Sepulcro, videlicet Domini, et Hospitali atque Templi militie, satis omnibus est manifestum. Unde ego, succesor illius in regno, volo eidem militie omnibus modis deservire et eam honorificare et honorifice magnificare. Vestre siquidem considerans ordinem profesionis, michi videtur ut, sicut in primis, sub beato Petro per apostolicam predicationem ecclesia Dei fundata letatur, ita et nunc per officium vestrum eadem ecclesia deffendatur. Vestram itaque fraternitatem, nos et omnis patrie Ispaniensi clerus et populus, modis omnibus deprecamur quatinus ecclesie Dei provideatis et ejus necessitatibus, in quantum potestis, subveniatis, ut saltem X de fratribus vestris, quos aptos ad hoc benignitas vestra decreverit, nobis concedat et dirigat, sub quorum obedientia, in partibus nostris, et milites et alii fideles qui huc exercitio prosalute animarum suarum se tradiderint, regantur et tueantur. Neccessaria autem vite et milite ipsis x militibus, fratris vestris, quos nobis misseritis, ego illis sufficienter jamdiu aministrabo de meo, donec de meo honore tantum eis retribuam, unde se bene conducere valeant.
Hoc vero excepto, dono eis civitatem Darocham, cum omnibus habitatoribus suis et cum omnibus terminis et apendiciis suis, cum rivis et aqueductibus et reductibus et cum omni dominatione quam ibi habeo vel habere debeo, omnia in omnibus, sicut melius ad utilitatem prefate militie intelligi vel nominari potest. Dono etiam illis Lope Sancium de Belgit, cum suis duobus castellis, Osa et Belgit, et cum suo honore, scilicet Cotanda, cum omnibus suis pertinentiis. Addo etiam illis in Cesaraugusta civitate, unum Christianum et unum Maurum et unum Judeum, cum omnibus honoribus et posesionibus eorum, et terras annuatim laborandas duobus paribus bovum. Dono iterum illis quartam partem unius ville juxta Oscham existentis, que dictur Quart. Item, illis concedo decimam partem omnium que in Ispania adquirere potero, tam in censu quam in honore vel in aliquibus rebus. Predicta vero omnia illis libere et solide et firmiter trado ad eorum propiam voluntatem inde complendam, sine ullo retentu quem ibi non facio. Si vero fraternitas vestra huic nostre petitioni diligentiam dederit, hec vobis complere et majora quam litteris intimamus addere satagemus. Laudo etiam vobis atque confirmo donum ipsius honoris quem scripto feci Arnaldo de Bedocio, in partibus Barchinone. |
Traducción: Raimundo, conde de Barcelona, Marqués [de Provenza] y Príncipe de Aragón, por la gracia de Dios, saluda a Roberto, Maestre de la milicia Jherosolimitana por la gracia de Dios y a todos los hermanos de este y del otro lado del mar que profesan a Dios y les desea eterna gloria. Es plenamente conocido que el Rey Alfonso, en tiempo cercano a su muerte, había dejado su reino en tres partes al Sepulcro del Señor, al Hospital y a la milicia del Templo. Por lo cual yo, como sucesor de aquel en el reino, quiero servir a la misma milicia y honrarla y acrecentarla en honores. Considerando el orden de vuestra profesión me parece que, como en los principios, se alegra la iglesia de Dios fundada por el beato Pedro mediante la predicación apostólica, así y ahora la misma iglesia será defendida mediante vuestra dedicación. Y así, nos y todo el clero y el pueblo de la patria hispánica rogamos por todos los medios a vuestra fraternidad que cuanto antes proveais a la iglesia de Dios y a sus necesidades, y en cuantas cosas podais, deis ayuda de modo que, nos conceda y envíe al instante diez de vuestros hermanos que vuestra benignidad haya decidido que son aptos para este servicio, bajo cuya obediencia en nuestro territorio sean dirigidos y gobernados los soldados y otros fieles que se hayan entregado a este servicio por la salvación de sus almas. Yo de mi patrimonio entregaré las cosas necesarias para el sostenimiento de aquellos diez caballeros, hermanos vuestros, que nos hubiereis enviado, hasta que pueda retribuirles de mis rentos aquello con lo que puedan valerse comodamente. Además de esto, les doy la ciudad de Daroca, con todos sus habitantes y con todos sus términos y barrios, con sus ríos y acequias y fortificaciones, y con todo el dominio que tengo o debo tener allí, todas las cosas con todas sus pertenencias, según y como mejor pueda ser entendido a utilidad de la citada milicia. Doy también a ellos Lope Sanz de Belchite, con sus dos castillos, Huesa y Belchite y con su honor, es decir Cutanda, con todas sus pertenencias. Les entrego también en la ciudad de Zaragoza, un cristiano, un moro y un judío con todos los honores y posesiones de ellos, y las tierras que puedan labrar anualmente dos pares de bueyes. Le doy por segunda vez la cuarta parte de una villa existente junto aHuesca, que se llama Cuarte. Y así mismo le concedo la décima parte de todas las cosas que pueda adqueirir en España, tanto en renta como en honor mo en otros conceptos. Todas las cosas precitadas se las entrego libre, solida y firmemente para que hagan libremente su volumntad, sin hacer ninguna retención en ellas. Si ciertamente vuestra hermandad atendiera diligentemente esta nuestra petición os entregaremos estas cosas y en mayor medida de lo que comunicamos por carta. También os doy y confirmo el don de aquella honor que por escrito hice a Arnaldo Bedocio, en tierras de Barcelona |