La Memoria de los Muertos Faltaban unos minutos para la media noche. Dejé la cuartilla sobre la mesa del escritorio. Al lado, una pluma, un tintero colmado y papel secante. En otro pliego más pequeño, con la sangre recién recogida, escribí: "Sean vuestras mercedes, habitantes del Averno, por la presente invitados a plasmar en aqueste papiro cuantas demandas deseen, dentre aquellas que en vida no pudieron satisfacer" Lo coloqué sobre el papel primero. Y me retiré a la alcoba. La venda con la que trataba de detener la hemorragia apretaba mucho. Tardé en conciliar algo parecido al sueño. Pasé la Noche de Animas asaltado por tremendas pesadillas. Sólo la morfina me regaló el descanso de apenas un par de horas, esas horas de hielo que se agazapan antes del alba. Desperté, aunque no sé bien si en éste o en otro mundo. El papel seguía sobre el escritorio. Apenas quedaba tinta en el frasco. La pluma yacía sobre el borrón de líquido negro, como una almohada de sueños oscuros. La cuartilla, antes blanca, rebosaba palabras. Se leían idiomas diversos. Algunos alfabetos eran conocidos, otros antiguos y aún otros, tesoros de caracteres desaparecidos junto con olvidadas civilizaciones. La memoria de los muertos pugna por sobrevivir. En un ángulo del folio, al pie, esquina izquierda, junto al final de una frase en hebreo, garabateé: "Aquí yacen las palabras Y me retiré a descansar. Chema G. Lera |
portada
© copyright 2002 de los autores
© copyright 2002 Chema Gutiérrez Lera
Revista E.L.F.O.S.
www . elfos . org
e-mail