Dragones II. San Jorge. ELFOS 11.
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Dragones y Símbolos (II)
San Jorge
por Chema G. Lera
Documentación gráfica J. Mendívil y M.A.Latorre
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SAN JORGE Y SAN MIGUEL

 

San Jorge sin caballo podría llegar a confundirse con otra figura, la del arcángel San Miguel, en cuanto a la colocación del guerrero y la fiera a sus pies. No hay duda de que las dos representaciones de santos guardan un paralelismo que la iglesia medieval no hace sino alimentar. Posiblemente, el discurso sea: la iglesia apoya a todo rey cristiano en cualquier cruzada contra el infiel-dragón (=San Jorge) de la misma manera que la iglesia apoya a toda persona que se aleje del mal y luche contra el diablo-dragón (=San Miguel). El rey lucha contra los enemigos de la iglesia que son los mismos que los enemigos del reino. La convivencia de los dos santos guerreros se produce en dos planos que en la Edad Media, época en la florece esta iconografía, permanecen unidos y en ocasiones indiferenciados: el poder el rey y el poder de la iglesia. En cuanto a la imaginería, es curioso observar como el dragón que posiblemente estuviera a los pies de San Miguel en los orígenes, evoluciona hacia el antropomorfismo del diablo tradicional, conservando garras, cuernos y alas de murciélago en ocasiones.

En estas dos imágenes, una de San Jorge procedente del Museo de Rodas, en un icono bizantino, y otra de San Miguel y sus ángeles luchando contra dragones, podemos observar como la figura y la posición son prácticamente idénticas en ambos casos.

La batalla de los ángeles contra los dragones está perfectamente relatada en el Apocalipsis escrito por San Juan en la isla de Patmos:

«También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;

y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.

Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;

pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.» (cap. XII)

Ahora bien, la función principal de San Miguel es el transporte de las almas hacia el cielo, y como tal, dotado de una balanza para decidir el destino de la persona según sus obras, es como termina representándose.

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