O Tesouro da Mina (El Tesoro de la Mina)
Entre las poblaciones de la Fonte de D. João y del Poço Redondo, existen todavía en medio del bosque una serie de bocas o pozos de minas, algunos inundados, otros llenos de escoria. Se dice que esas minas, de las que se extraía oro, fueron explotadas desde la época de la ocupación romana y después durante la ocupación árabe, hasta que se agotaron. Siempre se contaron historias de mouros y mouras relacionadas con ellas.
Mi abuela contaba que un día, yendo con una amiga a llevarle el almuerzo al padre que trabajaba en el bosque, pararon en la boca de una mina, para admirar su profundidad. Entonces, de repente, apareció la figura de un mouro, muy simpático, que les aconsejó que siguieran su camino, sin distraerse.
Cuando aún había actividad en las minas - al principio del siglo XX fueron abiertas para explorarlas, cerrándose pocos años después - se decía que en las galerías más profundas se oían los cánticos de las Mouras, que enloquecían a los hombres que los oían.
Pero la leyenda más popular es una que narra la existencia de una galería oculta, donde están guardados los más bellos tesoros. Esa galería de la mina, se abre gracias a un encantamiento durante una noche de Luna Llena, a la medianoche en punto. Para que eso suceda es necesario cumplir un ritual. Un cierto número de personas (creo que siete) tienen que leer el libro de San Cipriano hasta el final. Después deberán pasar la noche en el bosque sentados sobre un pentagrama que habrán dibujado en la tierra. A la medianoche, aparecerá una Moura Encantada que les conducirá hasta la entrada de la mina. El grupo entrará, e irá recorriendo un camino plagado de peligros. Si logran superar todas las pruebas, conquistarán el tesoro. Cuentan los ancianos que algunos lo intentaron, en cada generación aparece un grupo de valientes que procuran conseguir el tesoro. Lo que parece es que nunca tuvieron el coraje necesario para llegar hasta el final. El tesoro todavía sigue allí.
(Fonte de D. João - Tomar)
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