"Hallándonos en esto se acercó otro caballo, que se fue al primero de manera muy cumplida, y los dos se golpearon suavemente la pezuña delantera del otro, relinchando varias veces alternativamente y variando el sonido, que parecía casi articulado. Se apartaron unos pasos como para conferenciar juntos, caminando uno al lado del otro y de acá para allá, como dos personas que deliberaran sobre algún asunto de peso, pero volviendo los ojos a menudo hacia mí como para vigilar que no me escapara. Pasmado me quedé de ver tales gestos y conducta en animales irracionales..."