De Zaragoza a la Sima de San Pedro en Oliete (Teruel) 6.

Viaje

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Más allá del mudéjar,
en busca de la Sima de San Pedro de Oliete

Oliete y la Sima de San Pedro

Desandando el camino con tranquilidad, pues las curvas no dan otra opción, se puede volver otra vez hasta Muniesa y tomar, ahora sí, el desvío hacia Oliete. Es una zona de barrancos y de piedra antigua, (en las proximidades, Alacón guarda una magnífica reproducción de dinosaurio), el mismo Oliete se yergue sobre su propia roca. Si seguimos la carretera sin entrar en el pueblo, hemos de prestar mucha atención para encontrar nuestro destino. La Dirección General de Tráfico tiene la extraña costumbre de impedir la señalización de monumentos y habrá que dejarse los ojos buscando una flecha de madera (color que resalta muy poco con la tierra), para poder encontrar el camino adecuado. Afortunadamente, los paisanos son gente amable y reconducen adecuadamente por el buen camino a los viajeros descarriados. Esta zona de San Pedro de los Griegos reúne en sus cercanías monumentos realmente únicos. Dejaremos para otra ocasión la única fortaleza Íbera que aún permanece en pie en este país, y sólo nos fijaremos, de momento, en el agujero muy llamativo que está en sus proximidades.

La sima de San Pedro

La formación de esta sima se debe al hundimiento de una dolina, un tipo de depresión en forma de embudo típica de zonas calizas, que constituían el techo de una gran sala subterránea.
Este fue el origen de una impresionante cavidad que continúa ensanchándose en la actualidad y cuyas características son únicas en Europa.

Las condiciones especiales de la Sima de San Pedro como refugio para los animales voladores hacen que se produzca en ella un curioso fenómeno.
Al atardecer, las diferentes especies de aves se aproximan y penetran en la sima en un estricto orden que se repite día a día:
en primer lugar los gorriones comunes y chillones, los aviones comunes y roqueros, los estorninos y palomas.
Tras ellos, las chovas piquirrojas junto a las grajillas y por último, los vencejos reales.
Cuando ha entrado el último vencejo, hasta seis especies distintas de murciélagos comienzan a salir de su interior.
Y el mismo proceso, en orden inverso, se produce al amanecer.

Este es un sitio mágico para acabar un viaje.

Sima de San Pedro 2
Sima de San Pedro 1
Sima de San Pedro en oliete

Fotografías cedidas por Jesús Burillo

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© 2002 texto Javier Mendivil


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