La Capilla San Bernardo 3.

Arquitectura, escultura.

cronista

El sepulcro de Doña Ana de Gurrea

La sepultura de Doña Ana de Gurrea, madre del arzobispo Don Hernando de Aragón, fue capitulada entre fray Lope Marco, en nombre del prelado, y el imaginero Juan de Liceyre, antiguo colaborador de Damián Forment, el 30 de mayo de 1551. Unos días después, éste último subcontrató el trabajo de escuadrado de las piezas de mazonería a Benet Bodrán, sin obligación de tallar la ornamentación. Tanto ésta como la imaginería serían realizadas íntegramente en el taller de Liceyre, con quien trabajaban sus cuñados Juan de Ampuero y Jerónimo Peñaranda

La tipología de este sepulcro sigue las mismas líneas trazadas para el del arzobispo. De hecho en la contratación se utilizó al parecer una copia de la muestra de este último adaptándole la propia iconografía. Por tanto se trata de un sepulcro mural adosado, de clara ascendencia retablística, pero con introducción de un sentido triunfal basado en el mismo empleo de la serliana que en el caso del monumento de Don Hernando.

También encontramos en el sepulcro de Doña Ana de Gurrea muy similar vocabulario ornamental e idéntica distribución de los motivos. Ello se justifica por la dependencia general de las indicaciones del pintor Jerónimo Cósida para todas las piezas de la capilla funeraria. Así volvemos a hallar figuras infantiles, tallos, guirnaldas, esfinges, máscaras, medallones, etc. No obstante algún elemento más novedoso asoma en la decoración, como son los efebos y desnudos, o los tritones y faunos. Todos éstos seguramente proceden de los propios dibujos atesorados en el taller ejecutante de Liceyre.

La disposición de la imaginería sigue también iguales pautas que en el sepulcro arzobispal. En el frente del túmulo funerario, bajo nichos avenerados y entre pilastras corintias, se sitúan las figuras de las santas Margarita, Apolonia, Catalina de Alejandría, Santa Cecilia y una quinta sin identificar. Sobre la cama sepulcral, la escultura yacente de Doña Ana de Gurrea, cuyo rostro es traslado del natural. En la casa central del retablo se ha esculpido una composición de la denominada Santa Parentela, que incluye además las representaciones de Dios Padre y el Espíritu Santo. En las calles laterales, encontramos las figuras de Santiago el Mayor y de San Juan Bautista, mientras que para el remate en luneta del ático se ha optado por una escena del Parto de Santa Ana y sendos tondos con Santa María Magdalena y Santa Marta.

La factura de la imaginería es más uniforme que en la sepultura de Don Hernando de Aragón, aunque también, salvo en algún caso como la figura yacente, de menor calidad. Dicha mayor homogeneidad indicaría en consecuencia una mayor intervención directa de la mano del maestro del taller contratante, en este caso Juan de Liceyre. Como característica destacable podemos sugerir el empleo de un canon escultórico de más de nueve rostros, muy próximo al establecido por Vitrubio, de diez.

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