Persiguiendo la consecución de un hombre perfecto, esta obra se desarrolla mediante una serie de aforismos que ponen de manifiesto diversas normas de comportamiento ideal. Veamos algunos de ellos: 6.- Hombre en su punto. No se nace hecho; vase cada día perficionando en la persona, en el empleo, hasta llegar al punto del consumado ser, al complemento de prendas, de eminencias: conocerse ha en lo realzado del gusto, purificado del ingenio, en lo maduro del juicio, en lo defecado de la voluntad. Algunos nunca llegan a ser cabales, fáltales siempre un algo; tardan otros en hacerse. El varón consumado, sabio en dichos, cuerdo en hechos, es admitido y aun deseado del singular comercio de los discretos. 28.- En nada vulgar. No en el gusto. ¡Oh, gran sabio el que se descontentaba de que sus cosas agradasen a los muchos! Hartazgos de aplauso común no satisfacen a los discretos. Son algunos tan camaleones de la popularidad, que ponen su fruición, no en las mareas suavísimas de Apolo, sino en el aliento vulgar. Ni en el entendimiento: no se pague de los milagros del vulgo, que no pasan de espantaignorantes, admirando la necedad común, cuando desengañando la advertencia singular. 99.- Realidad y apariencia. Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen; son raros los que miran por dentro, y muchos los que se pagan de lo aparente. No basta tener razón con cara de malicia. [El Héroe] [El Político] [El Discreto] [Agudeza y Arte de Ingenio] [El Comulgatorio] [El Criticón] [PRESENTACIÓN] [LA VIDA] [LA OBRA] LENGUAJE Y ESTILO] [SIGNIFICADO] [ANTOLOGIA DE TEXTOS] |
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