No se si es exactamente así, pero la abstención de Portugal en las ultimas elecciones llegó prácticamente hasta el cincuenta por ciento. Quizás se nos olvide que puede haber una razón: quizá la gente se esté dando cuenta de que, en el fondo, no cambia o cambia muy poco que estén en el poder estos o aquellos. Yo no digo que no haya otro motivo que explique esta abstención. Pero es una tendencia; en EEUU no llegan al cuarenta por ciento los que votan, porque no está en su mano cambiar. Aquí seguimos hablando mucho de democracia, pero si el poder real y efectivo, el poder que condiciona nuestras vidas no es democrático... Se nos quiere convencer de que la democracia es un punto de llegada. No estamos en la democracia, es un punto de partida, no es un punto de llegada. Y si fuera de verdad un punto de partida no estaríamos como estamos ahora, con una sociedad tan apática, desinteresada, no interviniente, porque en el fondo todo conspira en la misma dirección: -"No os preocupéis, tranquilos, lo que se necesita es tranquilidad, nosotros nos encargamos de todo, dentro de cuatro años volveremos a llamaros, os pondremos una cosa que se llama urna (¡qué palabra ésta!)". Y a esto estamos llamando democracia. ¿La democracia no es la participación activa de la ciudadanía en su propia vida, en su propio quehacer, en su rol, en una idea, un proyecto, el futuro?¿Algún político en España o en Portugal o en donde sea, tiene alguna idea de lo que puede ser su país en diez o veinte años? Se limitan a gestionar lo cotidiano, nada más. Y sobre todo, porque todo se les fue de las manos, no pintan nada, pintan muy poco, son un decorado que sigue siendo necesario, para que tengamos una idea de lo que antes se llamaba soberanía nacional, que ahora da una risa... pero ¿qué es eso de la soberanía nacional?