De alumbramientos, máquinas y guerras tras las puertas del cortometraje español - 6- |
inteligentemente, magníficamente ambientado, de guión milimétrico, preciso, se trata sin duda de uno de los mejores cortometrajes rodados recientemente en España, que ha permitido a Berdejo dar el salto a Hollywood, con estrella incluida (Kevin Costner, estrella por tanto algo venida a menos), y a Dorado profesionalizarse en la escritura de guiones y haber participado como ayudante de dirección en títulos muy conocidos (La mala educación y Hable con ella, de Pedro Almodóvar, Moulin Rouge, de Baz Luhrmann o El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro). Una historia poderosa, dura, difícil, con un final pesimista y crudo que sirve inmejorablemente a su pretendida finalidad, el mensaje antibelicista, la denuncia de cómo los conflictos bélicos nos afectan a todos, desde luego a quienes los padecen, víctimas inocentes de un juego político y militar en el que jamás hubieran pensado verse involucrados y que nunca hubieran podido tampoco seguramente concebir por más imaginación que tuvieran, y también a los propios agentes de la guerra, los que disparan, matan y mueren, convertidos en verdugos, en monstruos insensibles capaces de recorrer el bosque y buscar como sabuesos en las ruinas de un edificio con el fin de acabar con la vida de un muchacho y de una recién nacida, un acto criminal que, producido con su conocimiento en su vida anterior, en la paz, no vacilarían en denunciar a las autoridades. Una reflexión profundamente negativa y desesperanzada de la condición humana sostenida en un final inesperado, impactante y despiadado que deja un regusto amargo, doloroso, cruel y sin salida. Como la guerra. TRAS LAS PUERTAS Tras las puertas nos introduce en una historia ciertamente inquietante, algo fallida (entiéndase, paradójicamente, como elogio), quizás por tratamiento insuficiente (la necesaria compresión narrativa que exige el cortometraje limita los deseos del espectador de saber más acerca de los personajes y su historia, tanto antes como después de la porción de sus vidas que se nos muestra), en torno a cuatro personajes que coinciden en un mismo edificio y cuyas misteriosas claves para su encuentro están en poder de uno de ellos: suspense, intriga, excelente ambientación y muy buena fotografía para una historia de soledad y nostalgia que va desgranando progresivamente sus secretos a lo largo de sus catorce minutos de duración, marcada por el desconcierto del espectador, que va recibiendo con cuentagotas la información que le permite ir situándose ante la historia y sus protagonistas, como por la angustia, magníficamente sugerida por el desasosegante escenario de la trama, y la incomodidad e inquietud que producen algunos de los personajes, desde el hombre rudo y violento de modales que dejan mucho que desear y que incluso maltrata a su padre hasta la ambigua figura del payaso, a un tiempo sórdido y misterioso, triste y melancólico, grotesco y divertido. Codirigido por Alberto Quintanilla y el malogrado Chema del Pozo, este corto de 2007 sirve como estupendo colofón a este breve y superficial repaso al ámbito del cortometraje español reciente, como puede verse en este trabajo, cantera inagotable e imprescindible para nuevos directores, actores, técnicos, guionistas y profesionales en general ligados de una manera u otra al cine y a todo lo que lo rodea. El futuro del renqueante cine español, de su apocada y titubeante "industria", está en buenas manos. A poco que les dejen hacer algo digno, claro. Fotograma de TRAS LAS PUERTAS, dirigido por Chema del Pozo y Alberto Quintanilla |
© texto 2009 Alfredo Moreno |
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©2009 El Cronista de la red
Versión 19.0 - Septiembre 2009
El cronista de la Red número 19. Biografía, relato, fotografía, arte, dibujo, poesía, libros, traducción, nuevos creadores. Viaje, la historia, la arquitectura y la cultura