De alumbramientos, máquinas y guerras tras las puertas del cortometraje español - 5- |
En la saga Bendito Machine, cuya tercera entrega puede disfrutarse íntegramente tanto en su propia web (www.benditomachine.com) como en un visitadísimo portal de vídeos de Internet (Bendito Machine 1, Bendito Machine 2), encontramos una propuesta ingeniosa y simpática, de soberbia calidad técnica, que, desde un reducto casi marginal como es el del cortometraje de animación, se atreve con una apuesta por una rara y compensada combinación de entretenimiento, inteligencia, crítica y humor, confeccionada a través de un estimable derroche de imaginación, y que desde luego invita a acercarse tanto a un mundo, el del cortometraje de animación, en el que se están produciendo verdaderas maravillas, como al resto de la obra de este animador, ilustrador y realizador (www.zumbakamera.com; www.printastic.org), prácticamente ignorado, y a la vista de su trabajo cabe afirmar que de manera tan injusta como casi siempre en estos casos, por un gran público más pendiente de otras cosas en las que pasar, o perder, su tiempo. Bendito Machine- 3, corto de Jossie Malis (2009) UNA DE GUERRA Los nueve minutos de La guerra (2005), de Luiso Berdejo y Jorge C. Dorado, desmienten a quienes opinan que el cortometraje está concebido para historias pequeñas, intrascendentes o basadas únicamente en un gag o un momento álgido de ingenio alrededor del cual tejer un marco narrativo para adornarlo. Magistral relato antibelicista, este trabajo excede las limitaciones en cuanto a medios que suelen ser comunes en el mundo del corto y se adentra en una historia desasosegante, cruda, realmente dolorosa, con la guerra como escenario y como objeto de una crítica amarga, desolada. Con una meritoria estructura narrativa, la película nos sitúa ante la desesperada huida de un muchacho - no sabemos al principio de qué o de quién huye -, y lo primero que vemos es cómo encuentra escondite en un armario que sigue en pie en un edificio devastado por los obuses y, probablemente, también por los saqueos. A través de una voz en off femenina que relata en francés y en segunda persona, como si fuera la voz de la propia conciencia del niño que le habla en su interior para convencerle de que lo que está viviendo es real, vamos conociendo la razón por la que el joven se encuentra encerrado en un armario: sabemos que nos encontramos en la Francia invadida por los nazis, que el padre del chico ha sido abatido por disparos alemanes, que su madre ha sido hecha prisionera, torturada y violada, y que el muchacho ha conseguido escapar valientemente hacia el bosque llevando en brazos a su hermana pequeña, apenas un bebé recién nacido. Hambriento, exhausto, aterrado, no sólo por la perspectiva de ser capturado sino también por el estado de salud de la pequeña, para la que debe encontrar un sustento adecuado diferente a las hojas y bayas y a los pequeños animales que captura para sí gracias a las trampas que sabe colocar en el bosque, y también necesitado de encontrar un lugar caliente y resguardado en el que protegerla de los fríos de la intemperie y de las patrullas alemanas, el pánico se dispara cuando es la pierna de un soldado de la Wehrmacht la que cae en una de esas trampas. La huida del muchacho ante la implacable persecución del soldado le llevará a un edificio enorme y desierto en el cual debe jugar al ratón y al gato con quien pretende acabar con él y con la inocente vida que lleva en brazos. Un escondite aparentemente seguro para la niña (eso sí, mientras no llore, magnífica gota de suspense que colma el relato de angustiada inquietud) en el hueco de una chimenea, y para él, en ese armario en una recóndita habitación, pueden resultar providenciales si el soldado se cansa de buscar y se ve obligado a volver a su campamento para curarse esa herida que mancha de sangre su pantalón y sus botas. Una decisión arriesgada la de separarse de la niña porque, ¿y si el soldado le cogiera a él, si lo matara, o si le sucediera algo en ese ruinoso edificio? ¿Qué sería de la pequeña? ¿Qué sería de ella en un edificio lleno de ratas, indefensa, aterida de frío, muerta de hambre, incapaz de valerse por sí misma? Fotograma de La Guerra, de Luiso Berdejo y Jorge C. Dorado |
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© texto 2009 Alfredo Moreno |
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Versión 19.0 - Septiembre 2009
El cronista de la Red número 19. Biografía, relato, fotografía, arte, dibujo, poesía, libros, traducción, nuevos creadores. Viaje, la historia, la arquitectura y la cultura