Una lectura sobre:
VV.AA., Vivo o muerto, Cuentos del Spaghetti-Western, Colección "Cajón de Sastre", Tropo Editores, Zaragoza, 2008.
No sé si los niños se seguirán disfrazando de
vaqueros en las fiestas de los colegios, quizá ya no. Cuando yo era niño, no faltaban los vaqueros. Casi todos éramos
sheriff, porque era el bueno de la película, el bueno de la historia; en épocas más recientes, creo que las niñas
se disfrazaban de indias, aunque eso bien pudiera deberse a Disney y Pocahontas, quién sabe.
También que durante años, las tardes de los sábados
en Televisión Española tenían olor a pólvora y ruido de caballos, era magnífico. Cuando aparecía por
el salón, mi padre estaba sentado en su sillón, disfrutando de nuevo de aquellas películas de su juventud. Yo
me sentaba a ver la película de turno en el sofá con él, con toda la familia supongo. Siempre le preguntaba quiénes eran
los buenos y los malos porque no acababa de distinguir muy bien lo que allí pasaba, al fin y al cabo, todo el mundo se mataba. Tampoco
entendía muy bien por qué los indios eran los malos, supongo que les tenía algo de simpatía, los pobres.
Todavía sigo recordando aquellas tardes y aquellas películas, además
con enorme cariño. Hace años que no he vuelto a ver una película del oeste, quizá porque me aburren un poco a
estas alturas, quizá porque vi un montón de ellas un montón de veces. A pesar de ello, me queda la fascinación
o el recuerdo de la fascinación, es lo mismo.
De esa o similar fascinación surge este proyecto de Tropo
Editores; Vivo o muerto es el análisis del mundo del cine del oeste, o mejor dicho del Spaguetti-Western, desde
tantos puntos de vista como autores colaboran en este libro: Francisco Casavella, Manuel Vilas, Felipe Benítez Reyes, Patricia
Esteban, Norberto Luis Romero, Oscar Sipán, Hilario J. Ramírez, Mario de los Santos, José María Latorre y Carlos Castán.
Además -creo que esta es una seña de identidad de la editorial-
recuperan para iniciar el libro, dos textos que enmarcan la obra. El primero de ellos es del cineasta José Luis Borau, publicado en
el periódico Heraldo de Aragón en 1954, donde se analizan algunas de las principales características de este género
cinematográfico, quizá también, algunas de las razones de su éxito, de su pervivencia en nuestras mentes. Tras
este texto, podemos encontrar el prólogo, un texto de Anselmo Núñez Marqués, autor del libro Western a la europea. Un plato que
se sirve frío, donde nos relata su proyecto de búsqueda y se felicita por la existencia de este Vivo o muerto,
título tan cercano y querido a la iconografía de este tipo de cine.
Estas películas eran las versiones mediterráneas -generalmente
producidas por estudios italianos- del género original realizado en EEUU. Bautizadas con ese sobrenombre de forma despectiva,
conocieron un singular desarrollo entre los años 1964 y 1976, cuando se llegaron a rodar más de quinientas películas
con desigual fortuna. Las películas más aclamadas del Spaghetti Western forman parte de la trilogía de El Hombre Sin
Nombre, (o la trilogía de los Dólares) dirigida por Sergio Leone, y protagonizada por Clint Eastwood. Componen esta trilogía:
Por un Puñado de Dólares (1964), Por Unos Pocos Dólares Más (1965), y El Bueno, el Malo y el Feo (1966).
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