Ostraka - 3 Antonio Machado Amanece. Colliure es ya mi patria y mi derrota, mi destierro y mi tumba. Las barcas en el mar me interrogan sin tregua. Escaso el horizonte de mi vida; Ancho el recuerdo en tanta soledad como me cerca. He vuelto mis cansados ojos, heridos con la flecha de la muerte, a tus ojos de niña, Leonor, de hace ya veintisiete años. Por fin su sombra sobre mí tras tanta soledad, tanto fracaso. Días azules en un sol de infancia. Ese es mi recuerdo preferido en esta triste hora de la marcha. Entre tantos paisajes de mi vida: las grises brumas del Moncayo, la curva de ballesta de mi Duero, monotonía de lluvia en los cristales de mi escuela infantil, Guadarrama entre pinos o el patio tan lejano de Sevilla... es mi recuerdo, digo, tu claror, infancia tan lejana como efímera. En este tétrico galope hacia la muerte, madre, apenas antes llegaré que tú: tu vejez es menor que mi desdicha. Con la lluvia de mi último destierro el agua acoge ya mi barca a otra pura mañana, otra ribera. Libre y ligero de equipaje parto hacia ese día que amanece ya: el fin de mi conversación conmigo, la plática con Dios que yo esperaba. © 2007 Fotografía Jesús Chueca |
Ostraka Seguir leyendo: Tú |
Inicio |
©2007 El Cronista de la red
Versión 15.0- Septiembre 2007