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  "La marea del tiempo". Raúl Carlos Maicas. Candaya. 2007.

     El diario es, como género literario, y en ajustadas palabras de Xavier Pla, una forma de resistencia: "la escritura fragmentaria del dietario, o del diario, se ha convertido, como testimonio o documento singular de nuestro tiempo de desasosiego e incertidumbre, en la forma íntima privilegiada de expresión personal. Ya sea en el campo literario, el cine, la fotografía o en Internet, el diario, por su rapidez de ejecución y su capacidad de síntesis, nos conmueve y provoca con apasionante complejidad".

     "La marea del tiempo" es el segundo volumen de los escritos diarísticos de Raúl Carlos Maicas, escritor, periodista, fundador en 1982 la revista cultural Turia, que todavía continúa dirigiendo en la actualidad. La primera entrega de estos diarios fue publicada en 1998, bajo el título de "Días sin huella" y con una muy favorable acogida por parte de la crítica.

     Aunque el diario, como género literario, conoce insignes nombres entre sus cultivadores (Gide, Pessoa, Juan Ramón Jiménez, Pla, Gil de Biedma, etc), no puede decirse que cuente con tradición abundante en la literatura española. Quizás uno de los ejemplos más destacables en este ámbito, en los últimos años, hayan sido los diarios de Andrés Trapiello, que el escritor viene publicando desde hace tiempo en un recorrido, ya de gran dimensión, por una cotidaneidad literaturalizada con cierta minuciosidad, muy bien construida, pero no siempre asumible "físicamente" por el lector. Aunque ello no sea culpa del autor, claro.

     "La marea del tiempo" me parece un libro más asequible, quizás más abarcable, en cuanto a su dimensión física. Es un libro ameno, sin que por ello pierda un ápice de interés en su dicción literaria. Como explicó en la presentación, que tuvo lugar en la librería Cálamo de Zaragoza, el propio autor, "La marea del tiempo" recupera en síntesis literaria pasajes vividos y reflexiones, correspondientes a los años que median entre 1998 y 2002. Y lo hace con un sentido unitario de la exposición, no como una mera exposición cronológica. Yo creo que se trata de un diario con argumentación. Un diario que se reelabora y depura literariamente con la idea de que el resultado preste conclusiones al lector.

     En esa línea argumental pienso que destaca un hilo conductor y es la contraposición entre la situación física del autor, habitante y profesional en una pequeña ciudad como Teruel, y su cosmopolitismo vocacional. A ello se refirió muy doctamente Fernando Aínsa en aquella presentación en Cálamo. La tensión entre ambos extremos presta trabazón a un muy interesante río de pensamientos personales, de opiniones y juicios sobre diversos autores de la literatura universal del pasado y del presente, sobre el mundo artístico, sobre sus amigos, conocidos o vecinos, sobre anécdotas del día a día, hábilmente seleccionadas con toda intencionalidad. Nada desdeñables las recomendaciones de lecturas que nos hace Maicas.

     Y todo bajo el tono continuo de la voz personal del yo. Ese que a menudo en la actualidad se hace tan difícil de encontrar entre los millares de títulos que salen al mercado, y que, por el contrario, Maicas deja aflorar con tanta inteligencia como sensibilidad. Y ello es muy de agradecer.

     "Apátrida, descreído, liberal/libertario, ferozmente individualista sin dejar de ser solidario, informado de los valores de su entorno pero profundamente cosmopolita, escéptico y curioso, en perpertuo movimiento. He aquí quizá el que debiera ser el retrato del hombre auténticamente moderno. Un eterno nómada, un diletante sin otras ataduras que la búsqueda de la felicidad allí donde se encuentre. Practicante de un universalismo de raíces profundas que no descuida ni el paisaje ni el paisanaje pero que no se deja encadenar por él" (p. 150).


La marea del tiempo

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Versión 15.0- Septiembre 2007