EL CINE EN ZARAGOZA- 4 |
Tal es el éxito del cine que durante este periodo abrirán todavía más salas: el nuevo cine "Fleta", en sustitución del viejo "Iris", en 1955, y después el "Coliseo", el "Palafox", el "Rex" (ahora las salas 1 a 3 del anterior, convertido en gigantesco multicine), en el Paseo de la Independencia, el "Latino", junto a la iglesia de San Gil, y el "Coso". Además, como producto del interés que el público zaragozano lleva décadas mostrando por el cine, surgen los primeros cine clubes, como el "Cine Club Zaragoza" o el "Club Cine Mundo", además de contar con una sucursal del "Cine Club Español", creado a partir de La Gaceta Literaria, fenómeno que se irá extendiendo con la aparición de clubes dependientes de asociaciones, sindicatos, agrupaciones de ciudadanos, partidos, etc., fuente de nacimiento para muchas tertulias, festivales, e incluso de vocaciones de cineastas aficionados que empezaban a hacer sus pinitos en la dirección e incluso en la producción de películas. El mapa más amplio de los cines zaragozanos se completará ya en los setenta con los cines "Cervantes" y "Don Quijote" (éste ya desaparecido). A partir de entonces, la competencia, las grandes cadenas de distribución dependientes de las grandes multinacionales de la producción cinematográfica que hacen muy difícil competir a las empresas familiares que controlan la mayor parte de los cines de la ciudad (Quintana, Parra, Eliseus, Zaragoza Urbana,), provocan el cierre en cadena de las salas de barrio y de varias de las principales y más populosas salas del centro de la ciudad: "Coliseo", "Argensola", "Aragón,", "Mola", "Goya", o hace pocos meses, los multicines "Buñuel". Lenta pero incesante la muerte de una "forma de ir al cine", de vivir el cine, sustituida poco a poco por la pantalla pequeña, los pasillos estrechos, las salas abarrotadas de butacas apretujadas y más preparadas para el bote de cola y para el paquete de palomitas que para aposentarse a disfrutar de una buena película El mismo entretenimiento, la misma oscuridad, pero sin la misma magia. |
© texto 2007 Alfredo Moreno |
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©2007 El Cronista de la red
Versión 15.0- Septiembre 2007