JOSÉ LUIS BORAU, un hombre de cine -9 |
Parece que se apaga la estrella creativa de Borau, concentrado en sus "otros oficios". Pero casi por sorpresa se descuelga en 2000 con la magnífica Leo, con Javier Batanero, Icíar Bollaín y Luis Tosar como protagonistas, negra crónica de suburbios y polígonos industriales medio deshabitados en la que un vigilante nocturno, taciturno y algo acomplejado, se enamora de una joven que recoge cartones y que le pide acabar con el hombre que la domina, en un triángulo y un tratamiento fílmico que en algo recuerda a su maravillosa Furtivos de veinticinco años atrás. La crítica recibe con gran aplauso la última película de José Luis Borau hasta la fecha, e inmediatamente se la coloca en la carrera de convertirse en la mejor cinta española del año. Borau recibirá en la correspondiente edición el premio de la Academia como mejor director, un reconocimiento por parte del estamento oficial del cine merecidísimo, pero quizá algo tardío. Desde ahí, su dilatada y ejemplar dedicación al mundo del cine y del arte en general le ha valido, además del premio Aragón de las Artes otorgado en 1998, el nombramiento como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, de Zaragoza. El broche de oro lo puso su galardón como Premio Nacional de Cinematografía en la edición de 2002. Las últimas actividades de José Luis Borau han sido la publicación del libro de relatos "Camisa de once varas " y una última aparición ante las cámaras en el documental El productor, dirigido en 2006 por el veterano Fernando Méndez Leite, que analiza, muestra y examina el tan denostado y tan desconocido para el público, oficio de productor a través de los testimonios de eminentes profesionales españoles como Fernando Bovaira, Agustín Almodóvar, José Luis Gómez, Fernando León de Aranoa, Javier Aguirresarobe, o el propio Borau. En palabras del propio Borau, su libro "es una colección de relatos, once exactamente, que no tienen en común otra circunstancia que la de haber sido ideados a lo largo del tiempo y del espacio, puesto que los fui inventando en distintos países y en distintos momentos de mi carrera profesional. A veces, prepararon guiones que no se llegaron a hacer y he aprovechado ahora esos materiales dándoles una forma literaria. Tres de ellos se han escrito expresamente para el libro. Se titula Camisa de once varas porque me parece curioso y sobre todo muy arriesgado que a estas alturas de la vida yo irrumpa en el campo literario y quizás se me pueda acusar de que me meto donde no me llaman". Su actividad no se detiene, más bien al contrario. Tiene escrito y listo para rodar el guión de La pajarita de oro, pero, como viene sucediéndole durante toda su carrera, no encuentra productor, una anomalía que no debiera nunca afectar a un profesional tan contrastado en una cinematografía menos preocupada por la crisis económica, las pérdidas y el éxito fácil y barato. José Luis Borau, cineasta nacido en tierra de cineastas, otro célebre aragonés de una lista ya larga y maestro de toda una generación de directores, que reconoce en Luis Buñuel al mejor cineasta español de todos los tiempos y en Pasión de los fuertes de John Ford o Encadenados de Alfred Hitchcock sus películas favoritas, es, además de memoria viva del cine español, testimonio de otra forma, probablemente, más rica, compleja, personal y comprometida de hacer cine. Uno de esos creadores que hacen del cine un arte, espejo para futuros cineastas y con el que la cinematografía española ha contraído una impagable deuda. Pero ante todo es un hombre sencillo que reconoce que su mayor satisfacción en el cine ha sido "comprobar que algunas de mis fantasías eran aceptadas como propias por muchos espectadores". |
© texto 2007 Alfredo Moreno |
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©2007 El Cronista de la red
Versión 15.0- Septiembre 2007