RT.- Veo ante todo mujeres, mujeres que se saltan las normas, los convencionalismos, y que lo dejan todo por luchar por sus ideas, por su vida Y que en ocasiones deben recordarse a si mismas que no hay que lamentarse por el camino emprendido, que lo hecho hecho está Mucho de autobiográfico en tus páginas. Dejarlo todo, huir de aquello que al final no es sino una prisión, retomar el sendero olvidado, o quizás descubrir uno nuevo ¿¿¿???? PB.- Ves mujeres porque en mis novelas son las protagonistas. No puedo profundizar, con verdadera hondura, es decir, como escritora, en los sentimientos y en las preocupaciones de los hombres porque yo no soy hombre; es más, ¿quién soy yo para usurpar la voz de un hombre y atreverme a hablar por él? Eso es algo que llevan haciendo los hombres toda la historia de la literatura, pero es algo que, por respeto, yo nunca haré. Igual que no me atrevería a contar la vida de una mujer ecuatoriana que viene aquí a limpiar nuestros retretes, por muy mujer que sea ella y por muy solidaria que sea yo con su situación Ya es hora de que nos demos cuenta de que la literatura debe ser un ejercicio de ética, aún más que de estética, y un intento de honestidad y yo, honestamente, ya veo bastante difícil ahondar en lo nuestro como para ponerme a hablar de lo que no sé. Si cuento y denuncio el mundo de la publicidad, de la empresa privada, de la corrupción generalizada en la empresa privada (que parece que sólo nos escandaliza la corrupción cuando la ejercen los cargos públicos), si hablo de la ética del trabajo, o más bien de la falta de ella, es, primero, y esto es importante, porque soy una privilegiada y puedo hacerlo (hay una inmensa mayoría que no puede o no tiene cauces para hacerlo) y, después, porque sé de lo que hablo, lo sé desde dentro y perfectamente. ¡Ah! Se me olvidaba en mis novelas, además, y ése es también un ejercicio de honestidad personal, aparecen mujeres que se enamoran o están a punto (como es el caso de mi última protagonista) de enamorarse de otras. Porque el amor y el deseo entre mujeres es y seguirá siendo todavía un asunto "poco tratado" en la llamada literatura con mayúsculas. Y eso también hay que contribuir a remediarlo. RT.- Ahora alguna pregunta para nuestros amigos escritores. Sé que Antonia Kerrigan es, o ha sido, tu agente literario, ¿contemplas esta figura como imprescindible, determinante, para todo escritor que quiera salir de su círculo local, o consideras que, sencillamente, puede ayudar, pero no resulta vital? ¿Cómo te ha influido a ti su presencia? PB.- No sé si mi caso es exportable fuera de mí. Yo vivo en el campo, en la Sierra de Cazorla, en una casa bastante apartada de cualquier parte (pero con todas las comodidades tecnológicas, no me entiendas mal, el campo ya no es lo que era por eso ahora ya es habitable para ex urbanitas como yo), desde tres o cuatro años. De vez en cuando "bajo" a eso que llaman civilización, a mi viejo Madrid o a Granada, pero lo cierto es que vivo apartada de los ambientes literarios cosmopolitas. Para mí, la figura de la agencia literaria ha sido no ya cómoda, sino vital. Sin embargo, mi primera novela larga, VEINTICUATRO VECES, la envié a Lumen yo directamente y Esther Tusquets, sin conocerme de nada, al cabo de varios meses, me escribió diciendo que le había encantado, y que la publicaría. Supongo que tuve la suerte de que Lumen fuera aún la editorial independiente y "rara" que fue con Esther como dueña y señora. Y destaco lo de señora. De todas formas, no me imagino mis novelas, ni con agente ni sin agente, publicadas en ningún grupo editorial multinacional. RT.- Pilar, eres una escritora que te prodigas bastante poco en los ambientes literarios, ¿te consideras una versión light de Pynchon o J. D. Salinger ? PB.- Yo es que soy de pueblo. No me hagas preguntas raras. Hablo cuando tengo algo que decir y, cuando no, o para no decir nada, mejor me callo. RT.- Para terminar, la pregunta obligada: ¿te encuentras trabajando ya en tu próxima novela? Si es así, ¿podrías deleitarnos con un aperitivo sobre ella? PB.- Estoy trayendo a la actualidad un mito clásico griego, poco conocido, pero muy interesante desde mi perspectiva narrativa. RT.- Ha sido un placer poder conversar contigo, Pilar. |
© 2007 Raúl Tristan |
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Versión 14.0-Abril 2007