Retablo de Zuera. 0

Sobrenombres 8.

Cronista

Retablo mayor de Zuera

Sobrenombres 8 *

     En la iglesia parroquial de Zuera, la villa zaragozana donde vio la luz Odón de Buen, se conserva un magnífico retablo renacentista mixto, es decir, de escultura y pintura, que es uno de los más interesantes de Aragón en su época y en su género.

     Está dedicado a San Pedro, y por tanto a él corresponde la imagen escultórica titular. El resto del discurso iconográfico del retablo se vertió en forma de pinturas sobre tabla, que ocupan por tanto la práctica totalidad de los huecos de la mazonería, o estructura arquitectónica que define el entramado constructivo de la obra. En el caso de este retablo mayor de Zuera es muy posible que la apariencia actual no fuera la original. Los desajustes visibles entre entablamentos, columnas o decoraciones parecen indicar que la mazonería del retablo de San Pedro debió de ser manipulada con posterioridad a su construcción y que, incluso, debieron suprimirse calles o entrecalles de la estructura de la misma. Lo que vemos en la actualidad es un retablo que consta de sotabanco, banco, cuerpo de tres pisos y tres calles y ático. Quienes retocaron el retablo lo hicieron con un resultado que, sin embargo, en nada desdice la estructura típica de un retablo mayor del siglo XVI, época a la que pertenece este retablo zufiarense.

     En el caso de los retablos mixtos, como éste, se necesitaba la confluencia del trabajo de diferentes oficios para llevarlo término: un mazonero, un escultor para las imágenes -que podía ser, o no, el mismo artista y taller de la mazonería-; un pintor y dorador para la mazonería, y un pintor que realizase las escenas pictóricas -que podía o no ser el mismo taller encargado de la policromía.-


REtablo mayor de Zuera

     Las vicisitudes que, en este sentido, concurrieron en la ejecución del retablo de San Pedro son muy relevantes, tanto por su complejidad como porque en ella fueron apareciendo algunos de los más importantes artistas plásticos del momento en Aragón. Y no por casualidad.

     Sabemos que, con fecha de 23 de febrero de 1548, Ana de Peñaranda, (viuda del mazonero Nicolás Lobato e hija del imaginero Miguel de Peñaranda, que trabajó durante muchos años al servicio de Damián Forment), firman un contrato con el concejo de Zuera, y ante la presencia del propio arzobispo de Zaragoza, para terminar el retablo mayor. Se comprometen a que quede terminado en octubre de ese mismo año. Esto en lo que se refiere a la mazonería.

     La mazonería del retablo la había contratado en un principio Nicolás Lobato, a quien únicamente le dio tiempo de ejecutar el banco antes de fallecer en 1547. Por ello su viuda, Ana de Peñaranda, recurrió a Juan de Ampuero, que estaba casado con una hermana suya, Angela de Peñaranda, para cumplir con la obligación contraída con el concejo de Zuera. El precio estipulado por terminar la parte lígnea de la obra fue de 2.500 sueldos. La labor de mazonería debió de concluir en el plazo estipulado, pues durante una visita pastoral del arzobispo a Zuera, el 4 de julio de 1549, se hace constar que hay un retablo nuevo de pincel bajo la invocación de San Pedro. Aunque Ampuero cobraba todavía pagos por el retablo en 1553.

     Sin embargo, al retablo debían de faltarle todavía por aquella fecha todas las restantes labores que precisaba: la escultura titular, las tablas de pintura, el dorado y la policromía.


      * Este texto se basa preferentemente en: MOYA VALGAÑON, J.G.: "El retablo mayor de Fuentes y Tomás Peliguet", Zaragoza, 1963; HERNANSANZ MERLO, A. Y OTROS: "La transición al segundo Renacimiento en la escultura aragonesa, 1550-1560", Boletín del Museo e Instituto "Camón Aznar", Tomo L, 1992, pp. 85-209; SERRANO, R. y OTROS: "El retablo aragonés del siglo XVI". Gobierno de Aragón. Zaragoza, 1992; MIÑANA, L y OTROS: "El pintor Tomás Peliguet y sus fuentes iconográficas", Boletín del Museo e Instituto "Camón Aznar", tomo LXI, 1995, pp. 59-109.


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© 2007 Luisa Miñana

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