Odon de Buen. 2

Sobrenombres 8.

Cronista

Odón de buén


     Las numerosas peripecias del viaje, no impidieron a Odón, realizar importantes estudios. Recogió dos especies de isópodos, que fueron clasificados con nombre alusivo a su descubridor: Metopontus Bueni y Porcelio Bueni. De Buen, volvió de este viaje con grandes cantidades de material, que sirvieron de base a otros grandes estudiosos, para fundamentar sus teorías. En su petate trajo también, un montón de experiencias, que relató durante unos meses de descanso en Zuera: "...escribí un libro relatando el viaje que titulé "De Kristianía a Tuggurt", descriptivo y lleno de juicios inocentes; mi obra primera que hallo ahora llenísima de defectos, como escrita por un ingenuo, no por un ingenio, salido apenas de las aulas reducidas de una facultad pobre por todos conceptos y que no tenía la menor experiencia social. Pero aún con estos defectos, los relatos de viajes comenzaban a interesar al público y pude vender un número de ejemplares, inusitado en aquellos tiempos. Para escribir el libro me sirvieron de base las crónicas del viaje que me publicaba Ariño en el Diario de Avisos de Zaragoza, popular diario que fue escuela de periodistas aragoneses."

     De Buen llegó a Madrid con la intención de ganar una cátedra en la Universidad. No se había desvanecido su espíritu aventurero, pero necesitaba la estabilidad económica suficiente para poder casarse. Preparó el concurso de la cátedra de Valladolid, en la que participó sin éxito. Poco después, en 1889, obtuvo la de Zoología en la Universidad de Barcelona, que ocuparía hasta 1911, año en el que se trasladó a la Universidad de Madrid.

     La Facultad de Ciencias de Barcelona, no gozaba por aquellos años de prestigio. Los profesores manifestaban permanentemente su deseo de trasladarse a otras universidades. La enseñanza teórica era impartida con esquemas trasnochados y la práctica apenas existía. La llegada de Odón revolucionó aquel tristísimo panorama. Creó la Sección de Ciencias Naturales, introduciendo material científico muy moderno para aquella época. Las prácticas de laboratorio y las salidas al campo pasaron a ser algo habitual. Estableció una colaboración estrecha y fecunda con la Estación Biológica de Banyuls. Escribió unos manuales de consulta muy extensos, en ellos, explicaba los fenómenos naturales, con planteamientos evolucionistas que rehuían rodeos y pormenorizaciones excesivas.

Odón de Buén


     Este zufariense, considerado como uno de los principales introductores del darwinismo en España, sufrió fortísimas presiones por parte del obispo de Barcelona, cardenal Casanyes, que declaró herética su obra didáctica. Casanyes dirigió una operación de acoso, que acabó con la separación de la cátedra a Odón de Buen. Este hecho provocó el cierre de la Universidad y disturbios callejeros de numerosos estudiantes que no aceptaban su destitución. El gobierno francés para apoyarle le nombró Oficial de Instrucción Pública. "Era el año 1896. En octubre del anterior, los elementos reaccionarios de Barcelona, seguramente apoyados por los jesuitas e incitados por profesores arcaicos de la Universidad, lograron del Gobierno de Cánovas del Castillo que se me suspendiera en el ejercicio de las cátedras universitarias que desempeñaba hacía siete años. Para el profesorado clerical hicieron mis lecciones, desde el primer curso, el efecto de una bomba. Rompía con una tradición arraigada en lo que llamaban enseñanza de las Ciencias naturales: memorista, descriptiva, sistemática, una sucesión de clasificaciones y nombres raros que eran el tormento de los estudiantes y les hacían odiar la Geología, la Mineralogía, la Botánica y la Zoología..."

     Odón acabó desde la primera clase con esa enseñanza caduca, organizó prácticas y puso en manos de los alumnos el microscopio y el bisturí. Inspiró sus lecciones de los seres vivos en la Biología y en la Química biológica, y en la espléndida Biología de Letourneau; dio al estudio teórico y práctico un carácter biológico y apuntó una filosofía fundada en la evolución. Explicó lecciones de una Geología y una Mineralogía vivas y evolutivas. Llevaba a sus alumnos al campo a estudiar la Naturaleza, y poco a poco fue ganando la simpatía y admiración de su joven alumnado.

     En las campañas políticas, difundía fervientemente las ideas republicanas y librepensadoras. Colaboraba también en las "Dominicales" del librepensamiento que dirigía Fernando Lozano. Allí conoció a la hija de este, Rafaela, una mujer llena de virtudes, que influiría decisivamente en su vida; con ella contrajo matrimonio en agosto de 1889 y tuvo seis hijos: Demófilo, Rafael, Sadí, Fernando, Elíseo y Víctor.

     Publicó una Historia Natural completa (Zoología, Botánica y Geología) con ilustraciones y grabados, que tuvo una gran aceptación en España y algunas repúblicas de América. Algunos profesores retrógrados promovieron junto a los jesuitas la excomunión de estos libros, pero erraron los malintencionados censores, por-que de Buen no había declarado de texto sus libros y tampoco los impuso ni los recomendó a sus alumnos.


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© 2007 Antonio Pérez Morte

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