![]() Te busco, esperanza mía Te busco, esperanza mía, igual que busco la palabra perfecta o el verbo absoluto, te anhelo en la esperanza siempre inútil de atrapar el perfume de tu pretérito beso. Te construyo verso a verso de las veintiuna formas que conozco, te rimo en asonante y te pongo endecasílabos, te pruebo en el soneto, luego renuncio a las maneras sabidas y a las lorquianas, qué importa una esdrújula, qué importa si me hablas mientras duermo o no interpreto una hermosa palabra tuya, qué importa si me entrego a tu búsqueda dejando que mis dedos crean intentar tu misterio. Te ensayo en la voz y en los pinceles, te perfilo en las petunias recientes, te condimento exquisitamente en mi plato, te percibo en la obra de arte más bella y en el atardecer lentamente esparcido de abril. Pienso que no exista, quizá, esa palabra que te contiene, que quizá yo no quiera encontrarla y prefiera buscarla y buscarte de lejos y de cerca, por el día y por la noche, pienso si no eres el eterno himno inconcluso que mantiene alzado mi pulso y con vida los caminos que ensayo y que no quiero, mi amor, tu secreto, ni saberte, ni encontrarte, al menos, del todo, o al menos, no muy pronto © Texto Magdalena Lasala, inluido en "Todas las copas me conducen a tu boca" Huerga&Fierro, 2000 / Ilustración, Chema Lera: VER ILUSTRACION A MAYOR TAMAÑO |
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Versión 14.0-Abril 2007