Las Moradas de Eros. 9

por Rafael Lobarte.

Cronista

Las Moradas de Eros

Eukharistía

En este breve instante de sosiego
apenas recobrado
que ahora me permites, doy las gracias
por ese verde mar que se aquieta
en el humilde espejo
de tu dulce mirada;
por tu sonrisa que inocente esparce
ramillete de lirios
sobre la tierra oscura;
tu boca que rezuma vino ardiente
en perfumado cáliz;
por tus manos, mi amor,
tus añoradas manos,
donde anidan caricias
y se imprimen los besos;
y también por tu pecho-  veleidosos
en él forjan los dioses
suspiros y saetas -;
por tu cuerpo desnudo
que es cifra y crisol del Paraíso,
y esa cárdena fruta
que entre espigas de oro tú me muestras,
callada y temblorosa
como un alba en ciernes.

Por todo ello pues, te doy las gracias,
porque, al fin bondadoso un dios conmigo,
te creó como fusta que avivase
el más antiguo y cruel de los tormentos.

© 2006 Rafael Lobarte

Amorcillos

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