Las Moradas de Eros 3 EpifaníaCuando ya desesperaba de que Amor por mí esgrimiera entre salvas y atambores sus antorchas leonadas, ha venido el dios glorioso disparando tales dardos, tales flechas incendiarias, produciendo aquí en mi pecho alegría tan ardiente, quemadura tan gozosa, tan radiante llamarada, que bien son merecedoras de la pena y el tormento que sin duda has de causarme. © 2006 Rafael Lobarte |
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