Del amor y de la ausencia Recojo los rayos arrebolados del atardecer y mis manos son teas encendidas buscándote en la creciente penumbra de las calles. Somnolencia del estío, un viento azulado desarma la mirada y los gestos son sorbos de un té que consume poco a poco la tarde. Sigo tus pasos. El contorno de tu figura ensalza el crepúsculo, el crisol del horizonte. Te haces reina de la sombra y tu vestido recoge el color suave y aterciopelado del vino, copa de un elixir con que apagar mi anhelo. Y no te encuentro más que al final del día, en el borde del adiós y del olvido, cuando la noche silenciosa lo cubre todo. © 2006 Fernando Sarría |
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