Del amor y de la ausencia De este ruido de sables en que la noche se figura ando yo despierto y sin ventura. Cadencia de mi cuerpo sudoroso --un viento arremolina las hojas secas en mitad de la nada--, cabe un racimo de uvas en mi austera boca, y del oscuro precipicio un salvaje sabor amargo persigue mi desaliñado aliento. Te hubiera esperado en una esquina, al final de cada calle o debajo del farol de mi llamada. Allí mi soledad te aguarda desde el último sueño de tus besos y del adarce de tu cuerpo en mi memoria. Mientras cientos de tambores me asaltan, mi corazón llora su eterna pena, y la tristeza rehace su oscuro cuerpo entre las humedecidas sábanas, que como un sudario me rodean, y hacen de ella mi amante perfecta. © 2006 Fernando Sarría |
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