Megalito es una palabra de origen griego formada por otras dos, que vienen a significar "gran piedra".Pues bien, un dolmen es un
monumento megalítico cargado de incontables años de existencia.
Culturas que se pierden en los orígenes del hombre decidieron colocar unas piedras enormes en un sitio distinto a donde estaban, hacerlo además
de una manera determinada, riéndose de la fuerza de la gravedad que a buen seguro no conocían como teoría.¿Para qué? ¿Para
proteger una guarida o una entrada?¿Para enterrar a sus muertos? Algo de todo eso hay, en efecto. Cuando el hombre aún no tenía demasiada
conciencia de ser algo especial, cuando era feliz siendo - o mejor, existiendo como uno más entre semejantes, y me refiero a bestias, árboles,
plantas, peces o pájaros, decidió un día mirar hacia arriba y allí sí que encontró algo distinto. Vió o imaginó
dioses. Discurrió cómo dirigirse a ellos. Y utilizó lo más poderoso que conocía: el espíritu de las montañas, la roca.
Así nacieron los dólmenes. Lugares mágicos que todavía hoy no han perdido toda la energía que circula por las
vetas magnéticas de la tierra. Aragón es tierra de dólmenes, tanto o más que de castillos. Los primeros descubiertos fueron los de
Biescas en 1933. Los altos valles pirenáicos son los que los acogen, especialmente en la mitad occidental de la provincia de Huesca, además de
otra zona prepirenaica: la Sierra de Guara. El dolmen más alto es el de Las Foyas del Puerto del Palo, en el Valle de Guarrinza, a 1.810 metros de
altitud, y otro que se encuentra en la localidad de Arén, llamado de la Cabañeta del Fornó, a 1.040 metros de altitud. Dólmenes
conocidos son los de Aguas Tuertas (Ansó), Tella, Biescas o Villanúa,pero si hay alguno que destaca por estar rodeado de
leyendas y fenómenos misteriosos ese es el Dolmen de la Losa Mora, en la Sierra de Guara, cerca de Rodellar. |